Iniciamos un nuevo mes y con él nuevas temáticas para compartir con ustedes.
Hemos estado conversando acerca de aquellas acciones que dentro de las familias y las comunidades dan cuenta de patrones de normalización del abuso sexual infantil. (Ver blog: “La normalización del abuso empieza en casa”).
Ahora que ya conoces cuales son los comportamientos y pensamientos que promueven la normalización del abuso dentro de tu familia, sabes también que es importante no solo sensibilizarse sino ACTUAR para prevenir este hecho. Por eso hoy te vamos a enseñar cómo romper con la cadena de la normalización en tu hogar.
En primer lugar, lo más importante es informarse sobre el abuso sexual y tener conocimiento sobre las formas en las que se presenta, los efectos que tiene en los niños/as, como se puede detectar, entre otros. Al tener conocimiento y claridad sobre este hecho es posible conversar con los niños/as y educarlos para que ellos también aprendan a identificarlo.
Por otra parte, debemos reconocer que la comunicación es fundamental dentro de las familias, sobre todo para que el niño/a se sienta en la confianza de comentar situaciones negativas que le generan preocupación o miedo. Por eso, siempre es necesario posibilitar espacios de conversación para expresar emociones y pensamientos frente a determinados hechos.
Sabemos que el día a día, las obligaciones y el cansancio que sentimos en la noche a veces no nos permite compartir el tiempo que quisiéramos con nuestros hijos/as. Sin embargo, es importante que el/la menor sienta una preocupación y un apoyo de sus padres hacia él/ella. Por esto recomendamos que al finalizar el día y en cada momento que sea posible que establezcamos un diálogo con nuestros hijos/as a través de preguntas como “¿Cómo estuvo tu día?” “¿Que pasó de nuevo?”.
De esta forma conoceremos cómo se sintió el niño/a frente a determinados hechos, como reacciono, que aprendió y si es necesario podremos darle nuestra apreciación u opinión sobre lo que le está pasando.
Cuando un niño se siente escuchado y siente un interés por parte de sus padres de saber como se encuentra se va a sentir protegido y si en algún momento ocurre una situación de posible abuso se sentirá en la confianza de comentarlo con ustedes.
Dentro del aspecto de la comunicación también es importante enseñarle a los niños/as cuál es la forma adecuada o la más idónea para resolver conflictos, destacando el diálogo respetuoso y la conciliación. Cuando esto último se practica, el niño/a entiende que no hay necesidad de llegar a respuestas agresivas o de decir frases que puedan lastimar al otro y de la misma forma no permitirá conductas de este tipo por parte de otras personas.
Adicionalmente, debemos tener presente que en el momento en el que un niño/a se decide a hablar (sin importar el tema) siempre es importante creer en lo que él expresa y no desestimar lo que comenta por el hecho de ser un niño. En este sentido, se recomienda evitar poner la palabra o la versión de un adulto por encima de lo que el niño dice. Además es imprescindible enseñarle a tu hijo/a que decir mentiras no está bien, cuáles son las consecuencias que traen estas decisiones y por qué es importante ser honesto y sincero con los demás.
También es importante que aprendamos a identificar actitudes o conductas de alarma por parte de personas cercanas que expresan su deseo por querer pasar mucho tiempo con nuestros hijos/as. Si bien muchas veces es producto de un aprecio que sienten por los niños, en otras ocasiones puede ser un signo de alerta de una persona que tiene la intención de abusar sexualmente del menor.
En todos los casos, es importante monitorear qué actividades realizan, sobre qué conversan y cómo se siente el niño con la compañía de esta figura. Además es importante evitar que compartan en lugares encerrados y que salga con el menor sin avisar a que sitios se dirigen. Si en algún momento el niño/a manifiesta temor o incomodidad, lo mejor es no permitir que se presenten esos espacios.
De igual manera, es recomendable establecer límites en términos de las expresiones afectivas que las personas cercanas tienen hacia nuestros hijos/as, por ejemplo: Sentarse en las piernas de los familiares, la forma en que alzan, besan o abrazan a los niños/as, entre otros.
Si tu hijo queda al cuidado de un vecino o un conocido, es importante supervisar este acompañamiento, es decir, llamarlo cada vez que sea posible, hablar con el cuidador y con el niño, saber si se ha presentado alguna novedad, entre otros. De la misma forma, en casa puedes conversar con tu hijo sobre cómo se siente en ese lugar, con la cuidadora, si comparte con otras personas, qué actividades realizan y así mismo es importante estar pendientes de los cambios de comportamiento o de actitudes que pueda presentar el niño al estar con su cuidador.
Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, si usted tiene sospechas o está seguro de que un miembro de su familia, un conocido o su pareja está abusando sexualmente de su hijo, lo más importante es que escuche y crea la versión que su hijo expresa sobre el hecho y luego realice la denuncia del mismo. Entendemos que este proceso puede ser doloroso y que trae consigo muchos temores, especialmente si hay algún tipo de dependencia económica, material o afectiva frente al abusador pero en estos casos lo que debe llenarnos de fortaleza y motivarnos a actuar es el sufrimiento por el que está pasando nuestro hijo/a, sumado a muchos otros sentimientos de confusión, miedo, tristeza y rabia que experimentan.
Después de descubrir una situación de abuso sexual infantil, enfrentarse al abusador es difícil, mucho más porque cuando esto sucede rara vez este último acepta esta situación y por el contrario tiende a negarse o a justificar de alguna forma la conducta. Independientemente de la excusa o la amenaza que utiliza para intimidar, lo más importante es no dejarlo pasar pensando que ‘no se va a volver a repetir’, no demostrar miedo, validar la palabra del niño y realizar acciones para contrarrestar los efectos del hecho a través de la denuncia y de un apoyo psicológico y acompañamiento al menor.
A modo de conclusión, es valioso tener en cuenta que si bien en tiempos anteriores habían muchas conductas que eran permitidas y normalizadas, en la actualidad sabemos que estos son los inicios de un posible abuso sexual, que las consecuencias son visibles y sus huellas son dolorosas. No podemos vendarnos los ojos frente a esta situación. Desde nuestros hogares podemos evitar que cada vez más niños y niñas sean víctimas de este delito.
En Fundación Red queremos que cada vez sean más los padres y las familias empoderadas, que este mensaje se transmita y sensibilice a más personas y que juntos podamos continuar previniendo el abuso sexual infantil. Los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales y a visitar nuestra página web.
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