Una de las cosas mas preocupantes del abuso sexual no solo es el hecho en si, ni las repercusiones que este tiene sobre las víctimas y sus familias, sino también la forma en la que por muchos años a través de diversas prácticas, creencias e imaginarios se ha normalizado cualquier tipo de agresión o violencia hacia los niños. Históricamente se destacan algunos hechos que sustentan esta afirmación, por eso, en esta ocasión queremos compartir con ustedes una breve aproximación histórica del maltrato infantil para comprender mejor la normalización del abuso sexual infantil.
Para iniciar podemos remitirnos a algunos hechos mitológicos donde un personaje conocido como Medea mataba a sus hijos como un acto de venganza hacia otra persona. Como ella muchos maltrataban e incluso asesinaban a los niños y estos actos se veían justificados con creencias como “un hijo o un esclavo son propiedad y nada de lo que se hace con la propiedad es injusto*.(Loredo, 1994, citado en Moreno, 2007). Desde allí el poder ha sido una de las bases de las prácticas sexuales que se realizaban con los niños, quienes eran criados desde muy temprana edad para ser prostituidos.
Los romanos, por ejemplo, tenían ciertas condiciones para las prácticas de pederastia con adolescentes, con respecto a la edad y a los grupos sociales que podían practicarla. Los celtas, egipcios y fenicios por su parte, tenían como costumbre sacrificar a los niños como una ofrenda a los Dioses en los rituales.
Otro de los lugares donde al maltrato hacia los menores era frecuente es en la Antigua Grecia. Allí se describen algunos castigos como pincharlos con púas, dejarlos sin comer, quemarles el pelo, entre otros. También en países como Suecia, uno de sus reyes sacrificó a nueve de sus hijos con el fin de que su vida fuera más larga. Otra de las razones para matar a los menores era alcanzar la pureza de la raza, para lo cual ‘eliminaban’ a aquellos con algún tipo de defecto físico o condición que supusiera un peligro para la sociedad.
Sumado a todos estos hechos que hemos comentado se encuentra el infanticidio. Este crimen con frecuencia no se realizaba a través de métodos directos sino que se evidenciaban a través de la negligencia o el descuido a las necesidades físicas, psicológicas y emocionales del niño/a, hasta llegar al punto de abandonarlos por completo y esperar a su muerte.
En la edad media se cometieron actos muy dolorosos para causar la muerte de los bebés, como lo es el lanzamiento del niño fajado, donde los padres rompían los huesos a través del uso de fajas muy apretadas de los hijos para lanzarlos como pelotas. Esta práctica duró mucho tiempo y luego se popularizó el infanticidio accidental, donde los niños eran accidentados bajo el peso de los adultos, quienes se echaban sobre ellos en la cama hasta el punto de asfixiarlos.
Por otra parte encontramos la castración, tradición con la cual se pretendía no solo abusar de los niños, sino también poder obtener algún tipo de beneficio económico por este acto. Luego, en el siglo XVII se crearon escuelas para secuestrar a los niños, en la mayoría de ocasiones con aprobación de sus familias.
Cómo se puede notar, desde la antigüedad se ocasionaron lesiones en los niños con el fin de mostrar la superioridad física y emocional del adulto sobre el menor. Uno de los casos más ejemplares y conocidos es el de Mary Ellen, quien era fuertemente maltratada por sus padres adoptivos y fue respaldada únicamente por algunos sus vecinos y tiempo después por la Sociedad Protectora de animales, ya que en esos tiempos no se contaba con una instancia que protegiera a los niños de tales crueldades. (Maher, citado en Moreno, 2007).
Después de un tiempo y al incrementarse la cantidad de niños asesinados y maltratados, personajes como Henry Kempe crean la expresión “síndrome del niño golpeado” que actualmente se conoce como síndrome del niño maltratado, el cual se entiende como toda forma de maltrato físico y/o emocional, abuso sexual, abandono o trato negligente, explotación comercial o de otro tipo, de la que resulte un daño real o potencial para la salud, la supervivencia, el desarrollo o la dignidad del niño en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. (OMS, citado en Lachica, 2010). Desde allí se han generado algunas iniciativas, teorías y estudios con respecto al maltrato infantil y se ha evidenciado que este puede presentarse de muchas maneras tales como el abuso sexual infantil, la negligencia, el abandono, entre otros.
Para finalizar consideramos importante traer a colación el aporte de Manterola, quien afirma que “el maltrato a los niños no es un mal de la opulencia ni de la carencia, sino que es una enfermedad de la sociedad” (Manterola, 1992, citado en Moreno, 2007.)
En fundación red nos comprometemos a generar iniciativas para la prevención, detección y denuncia del maltrato infantil, especialmente del abuso sexual infantil y la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes. Consideramos que una de las mejores formas de prevenir es a través de la educación, por eso los invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales y a hacer parte de nuestras actividades de formación.
Referencias bibliográficas:
Moreno, A. (2007).Lo que debes saber sobre el abuso sexual infantil. GEW ltda. Bogotá, Colombia.
Lachica, E.. (2010). Síndrome del niño maltratado: aspectos médico-legales. Cuadernos de Medicina Forense, 16(1-2), 53-63. Recuperado en 15 de febrero de 2019, de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062010000100007&lng=es&tlng=es.
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