El panorama sobre el maltrato infantil en nuestro país no es nada alentador. Diariamente aumentan las noticias donde los niños son maltratados hasta el punto de morir. En el caso de Bogotá, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, estima que entre enero y febrero del 2019, se abrieron 647 procesos de restablecimiento de derechos para niños y niñas víctimas de violencia infantil. (Gutiérrez, 2019).
El Instituto de Medicina Legal agrega que entre enero y febrero del mismo año se registraron en Bogotá 221 casos de violencia intrafamiliar contra mujeres menores de 18 años, de los cuales 39 correspondieron a niñas de 0 a 4 años. En delitos sexuales, fueron 392 de menores de 18 años y de ellos, 52 tenían menos de 4 años (Gutiérrez, 2019).
Los hechos son cada vez más devastadores. Tal es el caso de la niña que fue enviada por sus padres a vender chatarra y fue abusada sexualmente por el propietario del lugar, o la madre y su hija que se encontraban en su casa, ubicada en Ciudad Bolívar cuando fueron agredidas física y sexualmente por quién intentaba robarlas en su vivienda (Gutiérrez, 2019). Los hechos más recientes muestran que el maltrato no tiene límites, pues los niños llegan a hospitales con fracturas, quemaduras y hematomas tan fuertes que terminan por causar su muerte.
A estas situaciones se suman aseveraciones de autores como Miranda (2007, citado en Cuesa, 2014) quien afirma que el maltrato infantil se ha convertido en un problema de salud pública en el mundo. Es un hecho que puede estar más cerca de lo que pensamos, pues no respeta raza, religión o clase social. Lo más grave de todo esto son las consecuencias que el maltrato deja en el niño/a y la forma en la que estas huellas se trasladan y afectan la vida adulta. (Cuesa, 2014).
En términos generales, es posible decir que cualquier tipo de violencia es negativa para el ser humano, en tanto va en contra de la dignidad y los derechos de las personas. Cabe agregar también, que la violencia no puede reducirse a un golpe o a una cuestión física, pues el maltrato psicológico es una realidad silenciosa que cada vez afecta más niños en el mundo, al igual que el abuso sexual o la negligencia (Cuesa, 2014).
Hay frases que los niños escuchan y pueden hacerles perder la confianza en sí mismos y en su entorno, cuestionar su valía y sus capacidades también. En otras palabras, el sentirse humillado provoca no solo un autoestima frágil sino que, a largo plazo, esos patrones de conducta violentos se repiten en la adolescencia y hasta la adultez.
De la misma forma, el maltrato infantil no ocurre únicamente en los hogares, también puede ocurrir en el entorno educativo o en los espacios más cercanos en los que se desarrolla el niño/a. Lo más importante aquí es tener en cuenta el impacto y las consecuencias negativas que un golpe, una mala palabra, la falta de afecto y el abuso de poder tienen en los niños/as.
Teniendo en cuenta este panorama, en Fundación Red hemos visto la necesidad de compartir con ustedes los aspectos más importantes del maltrato infantil, los cuales iremos publicando semanalmente. Queremos poner nuestro granito de arena para sensibilizar a padres, cuidadores y adultos en general sobre el impacto de cualquier tipo de maltrato en la vida de los niños. Diariamente luchamos por educar a los niños y enseñarles a prevenir, detectar y denunciar cualquier tipo de situación que pueda afectar su desarrollo y su calidad de vida.
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Referencias:
Cuesa, M. (2014). Prevención del maltrato infantil. Importancia. Recuperado de:https://www.importancia.org/prevencion-maltrato-infantil.php
Gutiérrez, E. (01 de abril de 2019).Casos de violencia infantil en Bogotá. El tiempo. (1 de abril de 2019) Recuperado de: https://www.eltiempo.com/bogota/casos-de-violencia-infantil-en-bogota-a-2019-344594
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