Los adultos al igual que los niños, niñas y adolescentes, en su mayoría, podemos pasar muchas horas al día conectados, ya sea en Internet, juegos u otras aplicaciones. En el mundo digital encontramos ambientes con diseños y sonidos muy atractivos que, por supuesto atraen nuestra atención, pasamos tanto tiempo en esas app, que olvidamos que aunque interactuamos con usuarios cuya imagen resulta ser un avatar, detrás de ello, hay personas que se aprovechan del anonimato que existe en lo virtual, para abusar de quienes son más vulnerables: niños, niñas y adolescentes.
Es indispensable que los padres de familia y demás cuidadores acompañemos a los menores de edad mientras estén conectados, para así enseñar acerca del uso seguro y responsable de las tecnologías de la información. Pero si eres un adolescente que por curiosidad estás leyendo esto, recuerda que hay millones de usuarios, que es muy sencillo cambiar de identidad y aunque te escribas mucho con otra persona que conociste en línea, eso no significa que sea quien dice ser. Engañar, usar un nickname y un avatar es más común de lo que parece.
Seas adulto o adolescente, lo importante es usar de manera segura y responsable el Internet, no permitas que la virtualidad anule tus límites y recuerda que cuando navegas, claro, tienes un mundo de posibilidades, pero sólo tú tienes la capacidad de decidir cuál de ellas eliges.
Queremos ayudarte a tomar la mejor decisión, por eso, te vamos a describir brevemente algunas prácticas y riesgos propios del mundo online, para que te conectes con los pies en la tierra.
Es común escuchar esta palabra cuando de medios digitales se trata. Hace alusión a un parámetro que las redes sociales o las páginas web tienen para traer contenidos relacionados con nuestras búsquedas más frecuentes y asegurar que llegue al inicio de la app recibamos sugerencias de usuarios, fotografías, videos u otro material que sea de nuestro agrado, lo que hace que cada vez estemos más tiempo conectados. ¿Por qué es importante comprenderlo? Porque bastará con que una persona utilice caracteres como “s3x” o “p0rn” en cualquier app para que en todos los dispositivos asociados con esa misma cuenta, aparezcan inmediatamente, contenidos similares, lo que genera mayor adicción a las redes u otras aplicaciones específicas. Pero debes tener mucho cuidado con lo que ves desde tu teléfono móvil, recuerda que cuando tus hijos/hermanos lo usen para jugar o navegar, esto será lo que encuentren.
Es básicamente un apodo que suele usarse como nombre de usuario en las redes sociales, juegos y demás aplicaciones en las que se requiera de un nombre público para que otros usuarios lo vean. Esta es la manera más sencilla de ocultar tu identidad, puesto que no es necesario un nombre y apellido real, verificado; ten en cuenta, es tan sencillo inventar, que una sola persona puede tener tantas cuentas como desee y en cada una de ellas, mostrar ser alguien diferente.
Es la imagen de un usuario, la cual en su mayoría, no es real. Generalmente, usan imágenes de superhéroes, comics u otro tipo de figuras que puedan atraer la atención de un público o personas en particular. En el caso de los agresores sexuales en línea, utilizan fotografías o personajes que son llamativos para los niños, niñas o adolescentes, según la edad de su preferencia. Así que la estrategia, es mostrarse de una manera específica (agradable, amable e incondicional) para ganarse la confianza de otros usuarios.
El sexting es una práctica más frecuente de lo que creemos. Se trata de enviar a través de redes sociales (Whatsapp, Instagram, Telegram, etc.), de manera voluntaria, fotografías íntimas o de contenido sexual. No es algo nuevo, desde inicios del siglo XXI en la Fundación Red ya habíamos advertido de ello; sin embargo, la pandemia extendió esta práctica y para muchos jóvenes/parejas es algo natural y común, pero no lo es. Así jamás se muestre la cara, como muchos adolescentes afirman, existen otras características que permiten identificar qué persona está en la foto, además, la persona que recibe la fotografía puede almacenarla en el chat, la nube o en su carrete de fotos para posteriormente publicarla como pornovenganza, utilización de menores de edad en pornografía o extorsionarle con dinero o a cambio de más material de las mismas características, acciones que en todo caso son formas de violencia sexual ¿lo sabías? La confianza en el otro no basta para que le envíes una foto, primero tu seguridad. Decir no es una opción.
Ya decíamos que algunas personas practican sexting y se sienten seguras al no mostrar su rostro; no obstante, sigue siendo una práctica de alto riesgo, así que por favor ¡detente, no lo hagas! Aplicaciones basadas en inteligencia artificial (IA) lo hacen por ti. Con base en imágenes y audios que has publicado previamente es suficiente, porque las aplicaciones construirán material audiovisual de contenido sexual con tu imagen, con una apariencia tan real que muchos no dudarán en la veracidad de esa información. ¿Quién puede ser víctima de deepfakes? Cualquier persona. Recientemente importantes celebridades han hecho público que inescrupulosos han usado su imagen para generar videos íntimos, advirtiendo los nuevos riesgos de la IA, sólo que esta tecnología es tan reciente que hace difícil que las víctimas puedan ejercer acciones legales.
Esta práctica consiste en crear tantos perfiles falsos como sea posible para contactar y engañar (engatusar) niños, niñas o adolescentes con fines sexuales ¿Cómo es posible? Ya dijimos que es muy fácil crear un avatar, alterar o robar una imagen de una persona para hacernos pasar por alguien más, en este caso, por otro menor de edad para de esta manera generar mayor confianza. Este engaño toma su tiempo, es planificado, lo que significa que la persona que hace esto, llamado groomer, selecciona su víctima y con base en sus publicaciones, llega a conocerle, para así crear su perfil y asegurarse de que hay gustos y pasatiempos en común, lo que le permitirá crear una conversación inicial, que no tenga ningún tinte sexual. Con el paso de los días, los chats serán más frecuentes y extensos, paulatinamente abordará aspectos del cuerpo, pedirá fotos “inocentes” y luego sí hablará de temas sexuales, así que las conversaciones, fotos y los videos tendrán esa característica. ¿Cuándo acaba esto? Eso depende del objetivo del groomer, porque al obtener el material de contenido sexual podrá escalar a la sextorsión (extorsionar para no divulgar el contenido). Igualmente, también podrá utilizar ese material para publicarlo en páginas web de abuso sexual con menores de edad, es decir, actividades asociadas a utilización en pornografía e incluso, el abuso físico, es decir, lograr un encuentro presencial para abusar del menor de edad.
Consiste en la publicación desmedida de fotografías y videos de los niños, niñas y adolescentes por parte de sus propios padres y/o cuidadores, esto es la vulneración a su derecho a la privacidad e intimidad para mostrar su proceso de crecimiento, logros u otros momentos de la vida por medio de diferentes redes sociales. Alguno de nuestros lectores pensará que quizás una mamá o un papá orgulloso de sus hijos hace tales publicaciones sin malas intenciones; no obstante, el que otras personas sepan detalles de la vida personal y que desde temprana edad se esté generando una huella e identidad digital tiene sus efectos en el mediano plazo, por ejemplo: será más vulnerable a situaciones de suplantación de identidad, bullying, grooming, extorsión por medios digitales, entre otros, dado que en las publicaciones exponemos abiertamente datos e información personal que puede ser usada por terceros para generar los daños mencionados. No basta con que las redes sociales sean privadas, puesto que la tecnología permite que sus conocidos realicen una copia para posterior publicación o basta con un clic en los botones de compartir (no hay restricción en todas las redes), tal que será una información visible para más personas de las que imaginamos.
Apreciada comunidad digital, cada publicación es una forma de dar a conocer quiénes somos, qué nos gusta, qué lugares visitamos, entre otros, con lo que exponemos nuestra privacidad e información personal. No podemos olvidar que lo que sucede en el mundo digital es real, afecta a nuestros niños, niñas y adolescentes, incluso a los adultos, quienes son víctimas de delitos financieros, razón suficiente para tomar las precauciones necesarias para proteger nuestra identidad. Es necesario establecer nuestros propios límites, redefinir el concepto de privacidad así como generar relaciones humanas respetuosas y afectivas que nos permitan conectarnos a Internet recordando que lo más valioso no son los comentarios o like de un post sino disfrutar cada momento de nuestras vidas junto a las personas que más amamos, sólo así estaremos siendo responsables, conectándonos con los pies en la tierra.
Queremos ayudarte a tomar la mejor decisión, por eso, te vamos a describir brevemente algunas prácticas y riesgos propios del mundo online, para que te conectes con los pies en la tierra.
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