A lo largo de nuestras últimas publicaciones hemos dado a conocer aspectos principales de la crianza positiva y hemos reiterado la importancia de promover pautas de crianza adecuadas dentro de las familias y los hogares. Lo anterior con el fin de recalcar que esta es una de las acciones más oportunas y adecuadas para promover un buen desarrollo del niño y además para prevenir situaciones desafortunadas que pueden llegar a afectar su calidad de vida. En esta ocasión queremos compartir con nuestros lectores algunos indicadores para detectar situaciones de maltrato infantil, que con frecuencia se presentan en hogares donde las pautas de crianza no son las adecuadas.
Mazadiego (2005) reconoce que el término “niño maltratado” es usado para referirse a todas las formas de abuso y negligencia hacia el niño dentro y fuera de la familia, donde se usa la disciplina como pretexto para agredir física y emocionalmente, sin que la propia familia conozca dónde se hallan los límites entre el abuso y la disciplina. De la misma forma, se reconocen diferentes tipos de maltrato infantil tales como:
Maltrato físico: Hace referencia a los actos realizados por un adulto en forma no accidental que provocan daño físico o enfermedad en el niño. Comprende castigos físicos graves, como fracturas o lesiones en el cuerpo, que pueden mutilar, dejar inutilizada una parte del cuerpo o cicatrices de por vida.
Negligencia: Se refiere a no proveer las necesidades básicas del niño, las cuales pueden ser físicas, médicas y educacionales. Cabe resaltar que estas situaciones a veces se presentan en familias con situaciones de pobreza extrema, valores culturales o estilos de vida que impiden que los padres proporcionen a los menores lo que estos necesitan. Algunas formas de detectarlo se basan en descuido en la alimentación, necesidades médicas, emocionales y educacionales no atendidas.
Abuso sexual: Comprende diversas conductas realizadas por los padres o personas a cargo del cuidado del niño, con el fin de obtener gratificación sexual que van desde caricias y tocamientos hasta penetración o exposición del niño a contenidos pornograficos. Los indicadores que permiten dar cuenta de que un niño ha sido víctima de abuso sexual pueden ser la manifestación verbal del niño sobre la situación; identificación de lesiones en sus partes genitales, embarazo preadolescente, anormalidades en los hábitos del sueño y de la alimentación, miedo recurrente y alteraciones en el estado del ánimo.
Maltrato psicológico: Consiste en devaluar la imagen y el concepto que de sí mismo tiene el niño o adolescente que impide su desarrollo emocional y que lo lleve al fracaso, depresión e incluso al suicidio. Aquí también se incluye el abandono emocional, que se refiere al rechazo y la falta de estímulo, afecto, apoyo y protección necesarios para su óptima evolución psicológica. La detección se realiza a través de una observación de los vínculos y las relaciones que se establecen entre el padre y el hijo, donde se observa una conducta de retraimiento en el menor y apego inadecuado al profesional que realiza la valoración y una falta de interacción o contacto entre el padre y el niño, a esto se suma el bajo rendimiento escolar, rebeldía, timidez, entre otros. (Herrera,1999)
Una vez hecha la aclaración es importante tener en cuenta como denunciar una situación de maltrato infantil. En Colombia las denuncias pueden realizarse de forma anónima, siempre y cuando tengan claridad del hecho y de la ubicación del menor afectado.
Las comisarías de familia, inspecciones de policía, personerías municipales y la fiscalía son aquellas entidades a las que se debe remitir para hacer la denuncia. De la misma forma, se han creado plataformas virtuales como ‘te protejo’, las cuales sugieren remitirse directamente con el Instituto Colombiano de bienestar familiar a través de la línea nacional 01 8000 91 80 80 o a la línea 141.
Adicionalmente la aplicación ‘LegalApp’ desarrollada por el ministerio de cultura (s.f) señala que la ruta de atención una vez se realiza la denuncia consiste en una constatación de los hechos denunciados para que posteriormente según la gravedad del caso el niño sea remitido através de la policía de infancia y adolescencia a la sede más cercana del ICBF.
De igual manera, el caso se pone en conocimiento del defensor o comisario de familia quien se pone en la tarea de evaluar la gravedad y las consecuencias del abandono, al tiempo que impone las medidas pertinentes, las cuales pueden ir desde amonestación hasta declaratoria de adopción del menor, sumado a la pérdida de la patria potestad.
En Fundación Red queremos que cada vez sean menores los niños afectados por situaciones no solo de maltrato infantil, sino de cualquier tipo de acción que pueda afectar su vida. Es por esto que los invitamos a convertirse en unos #PapásExpertos, denunciando cualquier tipo de situación, asistiendo a nuestros talleres gratuitos e informándose a través de nuestras publicaciones en las redes sociales.
Referencias:
Herrera, E. (1999). Indicadores para la detección de maltrato en niños. Salud Pública de México, 41 (5), 420-425
Mazadiego Infante, T. (2005). Detección de maltrato infantil en una muestra de escuelas primarias. Enseñanza e Investigación en Psicología, 10 (2), 281-293.
Ministerio de cultura. (s.f).¿Qué debo hacer si conozco del abandono de un niño, niña o adolescente?
Recuperado de:
https://www.legalapp.gov.co/temadejusticia/abandono_de_menores
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