Según Camacho y Trujillo (2009), la Explotación Sexual Comercial de Niños Niñas y Adolescentes (ESCNNA) es una de las problemáticas que más afecta a los niños, niñas y adolescentes ya que es la actividad más denigrante a la que un menor puede ser sometido, en tanto que impide su pleno desarrollo. Añade que es un fenómeno complejo de dimensionar ya que se ven implicados factores propios de un contexto social particular, sumado a las clases socioeconómicas o a las condiciones propias del momento evolutivo en el que se encuentran los menores, ya que están en un proceso de formación y construcción de su personalidad y pueden ser fácilmente influidos por aspectos sociales, económicos, entre otros.
Según las estadísticas de la organización Mundial De la salud (OMS), una de las principales causas de muerte a nivel mundial es el suicidio. Se estima que diariamente se suicidan 1.110 personas, independientemente de la geografía, cultura,religión o condición socio-económica a la que pertenezcan. En esta ocasión queremos compartir con ustedes algunas claridades sobre este fenómeno ya que actualmente ha sido motivo de discusión en instituciones educativas, organizaciones y en la sociedad en general, debido a que la cifra de suicidios cometidos por niños, niñas y adolescentes ha aumentado en los últimos meses.
A lo largo de nuestras últimas publicaciones hemos dado a conocer aspectos principales de la crianza positiva y hemos reiterado la importancia de promover pautas de crianza adecuadas dentro de las familias y los hogares. Lo anterior con el fin de recalcar que esta es una de las acciones más oportunas y adecuadas para promover un buen desarrollo del niño y además para prevenir situaciones desafortunadas que pueden llegar a afectar su calidad de vida. En esta ocasión queremos compartir con nuestros lectores algunos indicadores para detectar situaciones de maltrato infantil, que con frecuencia se presentan en hogares donde las pautas de crianza no son las adecuadas.
Todos sabemos que ser padres es una tarea bastante difícil, empezando por el hecho de que nadie nos enseña cómo hacerlo. Cuando cometemos errores en este sentido, quisiéramos poder contar con un manual que nos guíe sobre cómo hablar o cómo actuar frente a situaciones que pueden ser estresantes y para las que no estamos preparados. Por fortuna, con el paso de los años, profesionales de distintas disciplinas y diversas organizaciones en todo el mundo se han puesto en la tarea de sugerir maneras para que la paternidad no sea un asunto que despierte angustias en los padres, ni la sensación de que están haciendo las cosas mal. Es así como el término de ‘crianza positiva’ empieza a cobrar relevancia dentro de las familias y la sociedad.
Según la Real Academia Española (2011) palabra crianza viene de creare que significa nutrir, orientar, instruir y alimentar al niño. A lo anterior Eraso, Bravo & Delgado (2006 citado en Bouquet y Londoño,2009 ) añaden que la crianza hace referencia al entrenamiento y formación de los niños por los padres o cuidadores. También incluye los conocimientos y creencias asumidas por los padres sobre la salud, la nutrición, la importancia de los ambientes físicos y sociales donde debe desarrollarse el niño y las oportunidades de aprendizaje de sus hijos en el hogar.
La familia puede ser entendida como un sistema caracterizado por una red de relaciones que cumple con las necesidades tanto biológicas como psicológicas del niño. También es responsable por la estabilidad emocional de quienes la conforman (Capano y González, 2016) ya que es la única instancia que cumple con las necesidades psicoafectivas de sus miembros.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar afirma que entre Enero y Agosto del 2017 se registraron 7.106 casos de maltrato infantil, lo que representa 29 casos de denuncia diarios. De estos, 5.030 casos son de maltrato por negligencia. (Aguirre, 2017)
La negligencia infantil es sin duda una situación que está más presente de lo que creemos en la cotidianidad de muchas familias colombianas y de la misma forma es un tema que no se aborda producto de la falta de información sobre el mismo. En esta ocasión queremos compartir con ustedes algunas claridades sobre este aspecto, para darle la importancia que merece y reconocerlo al mismo tiempo como una situación que tiene implicaciones negativas en los niños a nivel psicológico, social y físico, las cuales abordaremos a lo largo de las publicaciones de éste mes.
En nuestra publicación anterior abordamos de modo general el tema de la negligencia con el fin de iniciar un reconocimiento de la misma y de informar a nuestros lectores de forma concreta lo que esto significa. Cerón y Gallardo (2002), afirman que es fundamental informarse sobre este tema ya que es una forma del maltrato desconocido por los servicios de protección y la literatura científica. La complejidad que caracteriza a este fenómeno permite reconocer la importancia de tener una claridad sobre los tipos de negligencia que pueden presentarse en las familias, en donde los niños son los principales afectados. En esta ocasión compartiremos con ustedes los tipos de negligencia que pueden presentarse en los hogares.
Vemos más seguido en noticias casos sobre el impacto que tiene la tecnología y en cómo afecta a nuestros hijos, pero nadie se pregunta ¿cómo parar esta problemática? ¿cómo debo actuar y qué debo hacer? Un estudio en Estados Unidos mostró que el 85% de las madres afirmó usar la tecnología para mantener ocupados a sus niños, y que en la actualidad se ve reflejado que a muy temprana edad adquieren dispositivos con acceso a Internet; este estudio reveló que el 83% de los hogares estadounidenses tienen tablets, y el 77% tiene smartphones.
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